Toda gran idea nace de un momento de claridad. Para nosotros, ese momento llegó con el aroma de un café colombiano de especialidad recién preparado. Nos cautivó el poder que tenía esa simple taza para detener el tiempo, para generar una conversación sincera y para crear un puente entre dos personas, entre equipos y entre una empresa y sus valores más profundos.

Entendimos que lo que teníamos en nuestras manos era mucho más que café; era una herramienta para construir relaciones. Y nos preguntamos: ¿Qué pasaría si lleváramos ese poder al lugar donde las conexiones son más necesarias?